En el Liceo se trabajaba a las 10 de la mañana del lunes 31 de enero de 1994 como cualquier otro día. La tarde anterior se había representado «Matías el pintor», de Hindemith, y las funciones proseguirían el martes. Los empleados trabajaban en las oficinas y en las labores de mantenimiento del escenario. Un guía acompañaba a los niños de una escuela que visitaban el teatro.
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