El incendio que el pasado 6 de agosto arrasó más de 3.000 hectáreas en Llutxent (Valencia), fue provocado por un rayo “durmiente”. Un fenómeno propio de las tormentas secas y que, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), puede tardar hasta 24 horas en iniciar un incendio forestal.
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